Dar el paso de dejar una relación es un tema complejo. Por mucho que pensemos que al otro lado nos espera la soltería, conocer a otras personas, Tinder…, es difícil aceptar que una relación ha terminado, ya que cambia la forma en la que queremos a nuestra pareja y también, la forma en la que esta nos quiere.
Por ello, el momento de romper una relación debe ser consecuencia de un punto de inflexión. Hay algunas señales que indican que tu relación está acabada:
1. No hay comunicación. Seguramente al principio de la relación tu pareja era tu mejor amig@, tu confidente y te llamaba varias veces al día. Ahora parece que no hay conversación entre ambos y la comunicación se convierte en un reto difícil de superar.
2. Demasiadas discusiones. Todas las parejas discuten, pero lo importante es discutir de la manera correcta y que esas discusiones se conviertan en conversaciones asertivas en las que se puedan llegar a acuerdos favorables para ambos. Si además siempre estás molesto con tu pareja o estás desconectado de tu pareja deberías plantearte si estas más feliz si lo dejaras.
3. El deseo se extingue. Los altibajos sexuales son normales en todas las relaciones sobre todo en aquellas que llevan muchos años juntos. El amor va evolucionando, pero si ya no hay conexión ni pasión y esto es algo que os afecta a ambos es momento de plantearse si es un bache que podéis superar o si no tiene remedio.
4. Ya no se tienen los mismos planes de vida. En el comienzo de una relación se tiende a realizar una larga lista de actividades para realizar juntos y aunque muchas veces sean deseos irrealizables lo importante no es tanto llevar a cabos esos planes sino plantear un escenario común en el futuro. Pero las perspectivas de vida cambian y puede que ya no se coincida. Cuando ya no se plantean estos planes es probable que se deba a que ya no sentimos esa necesidad de hacer cosas juntos.
5. El amor se ha acabado. Aunque uno se empeñe en trabajar en la relación y poner de su parte, no siempre está todo en nuestra mano. A veces una relación ha terminado porque se ha acabado el amor para uno de los dos o para ambos. Estas despedidas son más dolorosas que si podemos identificar qué ha fallado, porque a veces no falla nada y no tenemos forma de dialogar y solventarlo.
La ruptura puede ser difícil, pero es necesaria si te encuentras en alguno o varios de estos casos. Seguir con alguien con quien las cosas no funcionan por miedo a la soledad o por miedo a que tu vida cambie no te aportará nada positivo.
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