Es muy fácil ilusionarse cuando estás conociendo a alguien y notas que todo fluye de manera natural. Sin embargo, no es tan sencillo olvidar o despedirnos mentalmente de esa persona con la que hemos compartido ya un tiempo y hasta, hemos podido generar un vínculo. Un final que llega porque no estáis en el mismo momento o bien, porque sencillamente es un amor no correspondido.
Todo esto se intensifica aún más si existen pequeños estímulos en las redes sociales (lo que publica, lo que no, si hay indirectas, con quién sale…), ya que cuesta aún más poder decir adiós a esa persona, que nos ha ido calando hondo poco a poco.
Sabemos que las redes de alguna manera también te generan esa necesidad. Sin embargo, estar pendiente de lo que hace o deja de hacer puede llegar a convertirse en algo tóxico y así, aumentar nuestra obsesión. Por tanto y por muy obvio que resulte evitar cualquier información que proceda de él y cortar todo tipo de contacto ayuda a que nos desprendamos de esta etapa de una forma sana.
Si te encuentras en una situación similar a la descrita, te proponemos tomar nota de los consejos para olvidar a alguien que te ha gustado un tiempo, pero que no ha sido tu pareja con los que podrás olvidar a esta última persona que te ha hecho vibrar y poder continuar fluyendo dejando atrás a esa persona que nunca fue lo que necesitabas.
1.Aprende a controlar tu mente
Una tarea difícil que cuando lo consigas te facilitará la gestión emocional. Se trata de dotar de razón a tus emociones, ¿cómo? Primero aceptando y asimilando que esa persona no es para ti, algo que no has elegido tú. Así que, tienes que plantearte: «¿Quiero compartir el tiempo con alguien que no me prioriza y no apuesta por mí?«. La respuesta es obvia: no. Y con este mismo razonamiento tienes que forzarte a dar el siguiente paso: parar de imaginar nuevos escenarios con esa persona. La mente constantemente divaga y nos traiciona, así que, busca un equilibrio en esos pensamientos y valora todo en conjunto y no solo la parte positiva de ese vínculo.
2.Gestiona el tema de las redes sociales y reduce el contacto
Por eso, cada vez que veas algo de él o ella en redes sociales, tu mente se activará y estará de nuevo obcecada con el tema, planteando hasta posibles alternativas para que funcione. ¡Para! ¡Y no insistas! Esa persona no para ti y no vais a congeniar.
Lo más sencillo sería dejar de seguir a esa persona e incluso, en el caso de que lo necesitases, bloquear ese contacto. Al recibir menos estímulos te resultará más fácil avanzar. Pero si no quieres que no sea tan evidente el trabajo individual que estás gestionando para poder dejar de pensar en ella, Instagram nos brinda la posibilidad de silenciar los contactos. De esta manera, no tendrás ninguna tentación para poder seguir anclado o anclada a esa persona. No vale meterte por tu propie pie, ya que esto sería tirar por la borda la gestión emocional realizada hasta entonces.
3.Si vuelve y te escribe…
Esto supone un gran desestabilizador emocional: «¿Y para qué me habla sino quiere nada conmigo? ¿Qué quiere ahora?…». Y así un largo etcétera, que hace que entremos en bucle. Lo mejor es parar a tiempo, no darle demasiadas vueltas y si tienes claro que no quieres marcarte un ghosting, contesta fríamente y no des pie a una conversación.
4.Evádete con estímulos externos
Hay muchas cosas que ayudan a tener ocupada tu mente, pero está más que probado que la música sana. Así que, durante estos días evita aquellas canciones más melancólicas y que te recuerden a esa persona. Escoge aquellas que te animen, que te relajen y hasta que te empoderen. En este caso, todas las canciones de Ariana Grande suman un plus.
5.Disfruta del tiempo contigo misma
Pese a que hay un dicho popular “un clavo saca otro clavo” la realidad es que se trata de un cliché. Lo mejor que puedes hacer en estos momentos para sanar esta herida es pasar tiempo contigo misma para conocernos y para averiguar que es aquello que queremos y no compartir nuestra vida con alguien a toda costa, tal y como nos induce el amor romántico.
A veces es complicado desprenderse de sensaciones y de personas, pero a medida que se sana la herida entenderás que hay determinadas cosas que tenían que suceder así y que todo son aprendizajes. Llegados a este punto seguramente pienses: “Pero y yo, ¿por qué me fijé en este personaje?”.
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