2022 ha sido un año muy especial para Paula Mattheus, y es que aunque la artista lleva un tiempo dedicada a este oficio, lo cierto es que en los últimos meses su nombre ha irrumpido con fuerza en el panorama musical de nuestro país publicando su primer disco, Mi concierto en el balcón. De hecho, este mismo verano la hemos podido disfrutar de la mano de la gira de Cadena Dial, Dial al Sol.
Su tema La hipoteca es una de sus apuestas más fuertes y, tras su éxito en solitario, la vasca fichó a Rozalén para lanzar una versión que la ha llevado aún más alto. Su característica voz, llena de personalidad, ha conquistado a muchos, entre ellos artistas como Despistaos, David Otero o Ciudad Jara, con quienes también ha colaborado en los últimos meses.
En redes sociales también va creando su comunidad de seguidores, con los que a esta le gusta compartir sus impresiones. De hecho, una de las más recientes es la que nos trae hoy aquí. Paula Mattheus compartía en su cuenta de Twitter una pregunta que le repiten mucho.
¿Cuando dejará de preguntarme la gente de que trabajo en realidad? 🤣🤣🤣 si. Se puede vivir de la música y no ser Aitana señores jajajajajajaj
— Paula Mattheus (@PaulaMattheus) December 26, 2022
«¿Cuándo dejará de preguntarme la gente de qué trabajo en realidad?» Sí, se puede vivir de la música y no ser Aitana, señores«, expresaba esta entre risas.
Hace ya un tiempo que Paula Mattheus, de 25 años de edad, decidió apostarlo todo a la música. A inicios de 2020 fichó por Warner Chapell como compositora, tanto para sí misma como para otros artistas. Ese mismo año lo finalizó de la mano de RLM, donde comenzaron a dar forma a su carrera musical.
En este tiempo Paula Mattheus ha demostrado no solo tener un gran potencial compositivo, sino que también ha conseguido destacar y coronarse como una de las voces revelación que más fuerte viene pisando. Aún le queda mucho por delante, pero lo que ha publicado nos permite comenzar a vislumbrar el diamante que se está puliendo en nuestra música.
Quédate tu plan a 40 años
Lo admito, me había equivocado Te bajo de ese pedestal Ya que nunca te lo has ganado
Nadie se mojaba en realidad
y los dos queríamos nadar
tirábamos de una cuerda tan fina
que alguno se iba a quemar
Será que siempre miraba
todo lo que me faltaba
y lo que tenía conmigo
a ratos se me escapaba
Pero ya no llueve igual
Ahora se comenta
Que no me va nada mal
Y he sentado la cabeza
¿Y para qué arriesgarme si va a doler?
¿Y para qué quererte si nunca acaba bien?
Terminaré perdiendo la fe
¿Y para qué mirarte si ya me ciega?
Si ya queman los recuerdos que me dejas
Que me dejas
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