Los españoles vamos cada vez más al gimnasio y esa obsesión por estar bien parece que ahora llega al mundo facial. Ya no sólo nos interesa marcar brazos, piernas o abdominales sino que los músculos del rostro también se entrenan.
Cada vez son más las expertas en yoga facial y las firmas de cosmética que enseñan sencillos ejercicios para fortalecer el rostro y que la cosmética haga más efecto.
La especialista en terapias faciales naturales Ara Rosón en declaraciones a Smoda de El país destaca la remodelación que se produce en la cara con el yoga facial, parecida a la del cuerpo en el gimnasio.
Puedes mejorar, expandir y suavizar aunque no van a desaparecer las líneas de expresión. Del mismo modo no podemos eliminar una papada por exceso de grasa pero si remodelar un óvalo un poco caído.
Aunque aclara que no sirve para todo. «No puedes tratar una mancha, ni combatir la sequedad u otros problemas relacionados con la dermis y la epidermis. Ahí entran en juego los cosméticos».
Además explica que «Sirve sobre todo para prevenir la aparición de las líneas finas, y revierte especialmente en el tercio superior de la cara gracias a la presencia del músculo frontal, en el cuello y en los labios, que se engrosan”
Cada vez son más las firmas cosméticas que corroboran la utilidad del yoga facial.
Sara Riballo, responsable de marketing y comunicación de la firma Foreo explicaba que «Tenemos una red de musculatura que hay que ejercitar. Si practicamos los ejercicios de yoga y sumamos el efecto de nuestros aparatos, al final es como usar máquinas en el gimnasio: se potenciarán los resultados».
Laura Izquierdo, cofundadora de Izba Nature, tiene claro que el yoga facial funciona y además muy rápidamente y lo explica así «Los músculos son pequeños, por lo que responden al momento. Lo fundamental es controlar el tiempo y la intensidad de cada contracción».
Sonia Garcinuño, directora del Germaine de Capuccini Institute en Madrid, repasa los antecedentes del yoga facial, afirmando que aunque ahora esté de moda se trata de un método milenario, nos vamos a sus orígenes «El masaje Kobido es una técnica milenaria en la que se inspiran algunos de los masajes que usamos en cabina. Lo conocía solo una persona y se reservaba para la emperatriz de Japón. Esta persona lo pasaba a otra, y así sucesivamente. Los samuráis también tenían sus métodos para regenerar tejidos tras la batalla».
La premio Nobel de Medicina Elizabeth Blackburn afirmó que meditar 12 minutos al día ayuda a mantener la salud de nuestros telómeros, secuencias de ADN no codificante que resguardan al resto del ADN.
Las creadoras de Ayuna, firma española de cosmética natural, apuestan por la meditación facial que consiste en tener un momento de relajación antes y durante la aplicación de los productos. «Tus pensamientos influyen en el estado de tu piel, si piensas en positivo se manifestará en tu aspecto», opina Begoña Sanjuán, cofundadora.
Un baño de vapor con aceites esenciales, que podemos lograr con agua muy caliente en un recipiente y colocando la cabeza sobre él con una toalla por encima ejerciendo de paredes en nuestra cabeza bastará. Usamos esos minutos para escuchar nuestra piel, ver sus necesidades.
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