Volvemos al Hotel Paraíso de Benidorm, y nuestro afamado pianista comienza a recibir los primeros clientes. «Buenas señora. La llamo para decirle que ya hemos abierto. Servimos buenos postres y buenas carnes», argumenta Sebastian.
Carmen, nuestra víctima responde muy amable a la oferta del pianista reclutador de clientes. «Mi madre ha ido mucho a Benidorm», comentaba la atrevida sorprendida.
«La gente de la tercera edad, como está en una edad, ya no le importa mantener el cuerpo…», argumentaba Montalvo, alias el pianista de Benidorm.
Finalmente, y como remate, Carmen se deleita los oídos con una de las canciones del veterano pianista: «Ay Carmen… Ven por aquí al Hotel Paraíso de Benidorm«. «A bailar un poquito y te vienes con tu marido…», afirmaba Montalvo.
Carmen, muy educada, se muestra agradecida mientras mantiene la conversación «Me siento más joven escuchándole», responde muy simpática nuestra víctima.
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