La sal no solo sirve para condimentar alimentos, además es un gran limpiador ecológico y económico. Te contamos algunos de sus usos más útiles fuera de la cocina.
Por ejemplo si no quieres dañar la capa antiadherente de tus sartenes a la hora de quitar restos de comida o suciedad, lo ideal es usar sal. Basta con echar tres cucharada en la sartén y dejar que se caliente hasta que tenga un color oscuro. Retírala del fuego , remueve los restos de sal y limpia con un paño seco.
Una mezcla de sal y agua te servirá para dejar tus tazas de café como nuevas. A veces por el paso del tiempo adquieren un color oscuro e incluso pueden tener una linea marrón causada por el café. Si las limpias con esta mezcla y luego las lavas, quedarán cómo nuevas.
Otro de los usos de la sal es acabar con los pesticidas de las verduras de manera rápida y eficaz, para ello sumerge las verduras en el fregadero o en bol con agua y un puñado de sal, en unos minutos habrás acabado con gérmenes y pesticidas.
La cebolla, los ajos y el pescado suelen dejarnos muy mal olor en las manos, para acabar con él después de pelarlos o limpiarlos haz una mezcla con zumo de limón y sal y después lávate las manos con ella. Verás cómo el olor desaparece rápidamente.
Si necesitas enfriar una botella de vino blanco o latas de cerveza o refrescos, te puede servir este truco. Añade una capa de hielo en la parte inferior de la cubitera y luego echa la sal, sigue haciendo capas de sal y hielo hasta llegar al cuello de la botella y añade el agua fría. En 10 minutos estará fresquita.
Para evitar que el lavabo o el fregadero se atasque vierte 1/2 taza de sal con 1/4 de agua caliente una vez por semana. Tus cañerías lo agradecerán.
Si se te cae un huevo al suelo, para limpiarlo más fácilmente espolvorea sal sobre el huevo y déjalo unos 20 minutos. Te resultará mucho más fácil limpiar el suelo.
Otro uso de la sal es para limpiar el interior de una botella o jarrón de cristal. Para ello mezcla 1/3 de sal marina con 2/3 de vinagre y vierte la mezcla en la parte interior. Deja actuar 20 minutos. Lava y enjuaga.
Pues sí, la sal también funciona para acabar con algunas pequeñas dolencias. Por ejemplo para el dolor de garganta haz gárgaras con agua un vaso de agua en el que diluyas una cucharadita de sal. Sirve también para tratar las aftas bucales, bastará con que te enjuagues con sal antes y después de cepillarte los dientes y también te puede servir a la hora de desinfectar una herida si no tienes a mano agua oxigenada o alcohol. Para ello límpiate la herida con agua tibia y sal tres veces al día.
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