Aunque no parecía haber mayor problema con la conexión, sí que recordaba la mujer la lentitud con la que iban los datos en su propia casa. ¿Será una cuestión de megas? ¿El router se les ha quedado antiguo? Sea como sea, el humorista no va a ser permisivo con la queja.
«No entiendo dónde está la protesta«, decía molesto Isidro Montalvo antes de ver cómo la atrevida le colgaba el teléfono. Cuando por fin vuelve a contactar con ella, descubrirá el enorme carácter que tiene esta, mandándole bien lejos y acordándose de algún que otro familiar.