Intenta no llegar con un hambre voraz a la cena, si no caerás rápidamente en el “por un día no pasa nada” y lo echarás todo a perder.
Por eso es importante calmar un poco el apetito antes de salir de casa, una pieza de fruta puede ser una gran opción, un plátano, un trozo de piña o una manzana bastará.
Cambia la cerveza y las bebidas gaseosas y azucaradas por una copa de vino, si no te gusta beber puedes optar por agua o zumo de tomate.
En cuanto a la comida en el aperitivo puedes tomar jamón, frutos secos, boquerones en vinagre, gambas o berberechos, sin que tu peso se inmute. Son mucha mejor opción que croquetas o patatas fritas.
A la hora de comer procura pedir de primero verduras al vapor o a la plancha o ensalada , esta última aumentan la sensación de saciedad. Mastica despacio, saborearás más la comida y serás más consciente de las cantidades.
De segundo opta por un buen plato de carne o pescado a la plancha.
Para el postre la mejor opción y por supuesto más saludable es la fruta, pero seguramente nos sea lo que más te apetece.
Si no puedes resistirte a un buen postre dulce pero quieres ingerir menos azúcar propón a algún amigo que comparta contigo alguna tarta, así ingerirás menos azúcares.