Tan sólo cuarenta y tres calorías por ración, ¿qué te parece?
El principal truco es no freír las patatas cómo en la tortilla tradicional, en aceite, así nos evitaremos toda la grasa.
En lugar de freírlas hervimos las patatas en agua, con esto al utilizar mucho menos aceite la digerirás mucho mejor.
El sabor no es el mismo que si freímos la patata pero la diferencia de calorías compensa.
Para elaborarla necesitas 400 gramos de patatas, tres o cuatro huevos grandes, aceite y sal.
Pela y corta las patatas en dados, échalas en un recipiente para microondas, sazónalas con aceite y sal y cúbrelas con film transparente al que pincharás por encima para dejar que salga el vapor.
Mételo al microondas durante nueve minutos a 750W, pasado ese tiempo estarán blanditas, si crees que necesitan más tiempo vuelve a meterlas unos minutos. Sácalas y quítales el film transparente.
Bate los huevos y cuando las patatas estén frías añade las patatas y mezcla bien. Pon un poco de aceite en la sartén a fuego medio, cuando el aceite esté caliente echa la mezcla y elabora la tortilla cómo si se tratara de una tortilla de patatas convencional dándole la vuelta ayudándonos de un plato cuando esté cuajado por una cara.
Una vez que esté bien hecha por fuera y por dentro y puedes disfrutar de prácticamente todo el sabor y muchísimas menos calorías.
Si además añades la medida de media cáscara de huevo de agua a los huevos al batirlos y no los bates demasiado te quedará mucho más sabrosa y si le añades un poco de calabacín a la patata eso le dará color y estará mucho más jugosa.