Evitar o, al menos, retrasar la aparición de arrugas en nuestra piel es un objetivo muy común para muchas personas, especialmente para las mujeres. Es normal y debemos asumir el paso del tiempo en nuestro cuerpo pero, es cierto que existen ciertas rutinas para que el envejecimiento de la piel no llegue de forma prematura y van desde cuidados con cremas y sérums, hasta consumir ciertos alimentos.
Sin embargo, probablemente sirva de poco aplicar un masaje con cucharas frías o el aceite de oliva si, por otro lado, tenemos ciertos hábitos o gestos arraigados a nuestras costumbres. Porque sí, tal y como lees, existen ciertas costumbres de nuestro día a día que favorece que la aparición de arrugas y que debemos retirarlos si nos preocupa el aspecto de nuestro rostro. Y no hablamos de reírnos, que la risa nunca está de más.
Puede parecer difícil hablar de “malas posturas” cuando nos estamos refiriendo a la cara, pero nada más lejos de la realidad. Piensa en cómo manejas el móvil la inmensa mayoría del tiempo: mirando hacia abajo. Este gesto tan usual en nuestro día a día es otro de los “daños colaterales” del abuso de los smartphones, ya que, al inclinar el cuello hacia abajo aceleramos la aparición de arrugas laterales y de la zona de la papada.
Por si esto fuera poco, los expertos aseguran que dormir de lado (y más si es siempre del mismo) puede hacer que salgan más arrugas en dicho perfil de la cara. ¡A dormir boca arriba se ha dicho!
A estas alturas ya sabemos que el estrés no es bueno para prácticamente nada y la aparición de arrugas no iba a ser una excepción. El estrés provoca tensión y la tensión que forcemos más los músculos, aunque sea de forma involuntaria. Por eso, en zonas como la mandíbula, la boca y el cuello, propensas a que las apretemos cuando estamos nerviosos, podría propiciar un aumento de arrugas. Un mal añadido para aquellas personas que padecen bruxismo.
Por si no fuera suficiente con no ver bien, los problemas de vista también fomentan la aparición de arrugas. Y es que, seguramente te hayas percatado, de cómo fruncen el ceño aquellas personas que no ven correctamente, ya sea para enfocar de lejos o de cerca. Pero no solo eso, también ocurre con las personas a las que les molesta mucho la luz del sol. En este caso se recomienda llevar siempre gafas de sol.
Lo primero es que, si te has percatado de que realizas este gesto con mucha frecuencia, deberías acudir al oculista y poner remedio a tu problema de visión. Una vez solucionado esto, debes saber que si has repetido este gesto de forma frecuente y constante, los surcos de la frente, zona de las cejas y contorno de ojos estarán mucho más marcados de lo que, probablemente, deberían estar a tu edad.
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