Ahora, como también le ha ocurrido a muchos de sus compañeros, ha sido víctima del conocido «efecto rebote», recuperando rápidamente los kilos tras un proceso de adaptación y vuelta a la realidad algo complicado.
Brusse ha estado lidiando con las consecuencias habituales del programa. Al jet lag con el regreso a España, se le ha juntado el hecho de haber estado aislado de la realidad durante todos estos meses, además de la desnutrición y su estado general de salud. Un cóctel que ha desencadenado en el colaborador episodios de ansiedad que no le han permitido descansar como hubiera necesitado.
«Estoy agobiadísimo con el móvil. Cuando llegas después de cuatro meses, hay muchos problemas pero no pasa nada. Estoy cansadísimo, agobiadísimo por haber vuelto a la normalidad, tengo que ver a mi familia, muchísimas cosas», ha llegado a explicar.
Los cambios bruscos siempre son un problema y más si están relacionados con los hábitos alimenticios. Ya os contamos los problemas alimenticios de Palito Dominguín tras su vuelta del reality. «¿Cuándo voy a volver a la normalidad? ¿Cuándo?», comentaba Brusse, explicando lo complicada que está siendo la situación. «No consigo recuperarme, estoy muertísimo. Duermo súper mal, tengo una ansiedad con la comida, es impresionante. Me despierto para comer… ¡es una locura!», confesaba.
Durante estas semanas, y una vez terminada su relación, Brusse ha mantenido un encuentro con Sandra Pica. También ha podido recibir la primera dosis de la vacuna de la covid, pero lo que realmente le sorprendía era comprobar el «efecto rebote» en sus cuero al utilizar de nuevo la báscula.
MÁS SOBRE: