Sanidad decidió ayer limitar la vacunación con AstraZeneca a personas mayores de 60 años, concretamente de entre 60 a 69 años. El golpe de timón en la estrategia de vacunación deja por el momento en el limbo a dos millones trabajadores «esenciales» en activo que han recibido ya la primera dosis: policías y profesores en mayor medida.
Pero ¿Qué ha pasado realmente para que en el plazo de 24 horas se haya decidido adoptar este nuevo criterio con lo que ello supone?
Tras una jornada maratoniana en la que Castilla y Léon suspendió por su cuenta las inoculaciones de la vacuna y que provocó una reunión de urgencia del Consejo Interterritorial se adoptó la decisión de suspender de inmediato la inmunización con AstraZeneca a personas menores de 60 años. Este criterio solo tuvo el voto en contra de Madrid y la abstención de Euskadi y Ceuta.
Los últimos análisis de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) presentados sobre la seguridad de AstraZeneca certifican que hay algún tipo de «vínculo» entre la vacuna y los extraños trombos detectados entre personas relativamente jóvenes recién inoculadas, entre ellas sobre todo mujeres menores de 60 años. Sin embargo, los expertos de este organismo siguen considerando que los beneficios de la vacunación son mucho mayores al riesgo apreciado. La mayoría de casos de trombosis notificados se han producido en población más joven.
Es más, la EMA tampoco ha podido concluir si la relación entre este viral y la trombosis está asociada al género de la persona, a su edad o a su historial clínico.
12 casos de personas con trombos posiblemente asociados a esta vacuna han sido notificados por la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas. 12 frente a los 2,1 millones de personas a las que se les ha inoculado la Astrazeneca.
«Las vacunas sirven para prevenir enfermedades y todas las aprobadas y que están siendo usadas frente al Covid-19 son eficaces y seguras y están contribuyendo de una manera decisiva a disminuir el impacto del Covid-19 grave. Aunque aparezcan eventos adversos no se debe minimizar la confianza en las vacunas», apunta Llamas.
El Gobierno británico está ya buscando una alternativa a la Astrazeneca para sus habitantes con edades inferiores a 30 años.
Reino Unido ha aplicado el criterio dictaminado por sus expertos tras conocerse las investigaciones de la Agencia Europea del Medicamento.
La recomendación es general, no hace distinción por sexo, a pesar de que al igual que en otros países la mayor parte de los casos que se han producido han sido en mujeres jóvenes.
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