Como su propio nombre indica, por sí sola es una de las menos graves. No obstante, puede ser un indicador de problemas graves en la relación. Se produce cuando una persona con pareja coquetea con alguien sin decirle que está comprometido.
Hablamos de infidelidad emocional cuando existen sentimientos románticos hacia otra persona que ponen en peligro la relación. Puede surgir por accidente o de forma premeditada. Existen muchos escenarios que desembocan en una infidelidad romántica como las redes sociales, el teléfono o conversaciones cara a cara. El problema se agrava si la pareja principal pasa a un segundo plano. Probablemente es uno de los engaños más dolorosos y difíciles de asimilar.
Como decíamos, este tipo de infidelidad es el más conocido, aunque existen varios matices al respecto. No es lo mismo un encuentro sexual esporádico que un engaño recurrente. Otra variable es el cibersexo o sexting, es decir, el intercambio de fotos, vídeos o mensajes subidos de tono a través de internet.
Este tipo de infidelidad es el más grave de todos, ya que implica mantener dos o más relaciones románticas e igual de importantes simultáneamente. Por lo tanto, son varias las personas a las que se está engañando. Es el menos común, pero ocurre con mucha más frecuencia de la que pensamos. No debemos confundirlo con las relaciones abiertas ni con el poliamor, ya que en este caso no existe un pacto previo entre los dos miembros de la pareja.
Cada relación tiene normas completamente distintas. Por eso es muy difícil delimitar qué es una infidelidad y qué no de manera general. Lo importante es que dichos códigos estén muy claros en tu pareja y que tomes las medidas necesarias si en algún momento se llegan a traspasar.