La cantante comparte sus logros y sus éxitos con ellos, pero también la parte más amarga de su vida, eso que la hace humana y con lo que quizá sin darse cuenta desafía al comportamiento general de la red social.
La pasada semana se vivieron en varios puntos del planeta torrenciales lluvias que causaron grandes inundaciones, lo que supuso importantes destrozos y numerosas pérdidas materiales para muchas personas.
Thalía vivió en su propia casa esta situación, y es que el agua comenzó a inundar la parte baja de su vivienda. La artista compartía casi en directo a través de sus historias de Instagram lo que estaba ocurriendo sembrando la alarma en sus seguidores.
Esta les tranquilizaba asegurando que no se podía hacer nada, simplemente esperar a que todo pasara y esperar que los destrozos no fueran muchos. Cuando todo pasó, la artista mostró a sus seguidores todos los destrozos, los objetos y los bienes que habían sido afectados, agradeciendo el hecho de que los daños simplemente fueran solo materiales.
«En situaciones como ésta nos queda claro que la riqueza que importa, no es la de este mundo. La única riqueza que tenemos que procurar es la espiritual y la que construimos día a día con nuestras acciones, con nuestro amor y nuestra fe«, expresaba Thalía en sus redes.
Afortunadamente la artista ha hecho una lectura muy positiva de todo, y es que ante este tipo de situaciones que se nos escapan de las manos y contra las que no podemos hacer nada, uno tiene que valorar que la verdadera fortuna es poder contarlo.
En los últimos días la de No me acuerdo ha dedicado tiempo a cuidar de pequeños caballos, limpiando las cuadras en las que viven y a ellos mismos. En sus redes, que son también espacios de humor en el que comparte divertidos momentos, publicó un vídeo en el que trataba de limpiar a los animales.
En el vídeo que Thalía ha compartido en sus redes sociales aparece en plena faena, tratando de ganarse la confianza de uno de los pequeños caballos para cepillarle. Sin embargo, un ajetreo fuera de cámara altera a los animales, que salen escopetados en la misma dirección, casi llevándose por delante a la artista.
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