Tarta de queso sin horno ¡en 10 minutos!

Te contamos la receta de una tarta más que sencilla

Ana Más

La tarta de queso es una de los postres más conocidos y antiguos del mundo. Te contamos cómo hacer una tarta de queso sin horno, tan sencilla que la podrás hacer con tus hijos.

Hay muchos tipos de tarta de queso, pueden llevar nata, leche en crema, leche evaporada, huevos, maicena, avena, azúcar, ágave, dátiles, galletas, bizcocho, mantequilla e ir acompañada de frutas, mermeladas e incluso chocolate.

En este caso los ingredientes son baratos y fáciles de encontrar.

Para la base de la tarta necesitarás,

  • 25 galleta tipo María
  • 100 g de mantequilla

Cómo hacerla,

  • derrite la mantequilla en el microondas, tritura las galletas y añade la mantequilla derretida
  • reparte la mezcla en un molde desmontable
  • aprieta con los dedos o con una cuchara contra el fondo del molde y mételo en la nevera mientras preparas la crema

Lo siguiente la crema y la cobertura

 

Para hacer la crema de la tarta necesitas los siguientes ingredientes,

  • 200 ml o 260 g. de leche condensada
  • 300 g de crema de queso cremoso
  • 200 ml de nata para montar o crema de leche 35% M.G.
  • 2 cucharadas de azúcar blanquilla para montar la nata

Para elaborarla mezcla mezcla las dos tarrinas de queso crema, añade la mitad de la lecha condensada y bate, monta la nata y mézclala con la crema de queso, saca el recipiente y echa la crema encima de la base, deja enfriar cuatro horas.

Para la cobertura utiliza mermelada del sabor que más te guste, si es casera mucho mejor. Vuelve a meterla en la nevera dónde tiene que estar al menos diez horas más. La puedes acompañar de nata montada, de nuestro helado preferido o de un buen café o té.

El origen de la tarta de queso

 

La primera referencia a la tarta de queso llega de la Antigua Grecia, desde la Isla de Samos, hace 4.000 años. Se trataba de un alimento tan energético que se ha constatado que en el año 776 a.C. se utilizaba para alimentar a los atletas en los Juegos Olímpicos.

En España podemos encontrar su origen en el norte, sobretodo en Cantabria con su quesada pasiega que en un principio se hacía  con leche de vaca cuajada, mantequilla, huevos y harina, y que ya aparece en algunos textos medievales. De hecho en el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita (Siglo XIV), ya encontramos una receta muy similar.

En cada parte del mundo hay variaciones de la receta, con distintos tipos de queso, mascarpone, feta y cottage en el caso de Italia, Grecia ya Alemania respectivamente.