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¡Suspirar te mantiene vivo! Te contamos porqué lo hacemos

Nuria Serena
18/06/2021 , a las 11:10

Asociados a la melancolía, al aburrimiento, el enamoramiento y el hastío, los suspiros están presentes en nuestro día a día, de manera imperceptible, involuntaria, inconsciente en la mayoría de las ocasiones. Existe la creencia popular de que el suspiro llega asociado al estado de ánimo.

Nada más lejos de la realidad y hay varios estudios que lo corroboran. Uno de ellos publicado en el blog Science Alert concluye que los suspiros desempeñan una función mucho más importante, que no tiene nada que ver con nuestros sentimientos o nuestro estado de ánimo.

Las inhalaciones y exhalaciones profundas son, en realidad, un mecanismo de emergencia pulmonar necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Los suspiros fisiológicos son, a su juicio, actos reflejos que ayudan a garantizar el correcto funcionamiento de nuestros pulmones. Gracias a ellos nuestro organismo evita el colapso de los alvéolos encargados de procurar que llega oxígeno suficiente a la sangre a través de las membranas pulmonares. Los suspiros cumplirían la función de ‘desatascadores‘ para que puedan reinflarse constantemente.

¿Estás sorprendido verdad? Este proceso es tan importante que nuestro cuerpo no suspirara en los intervalos de tiempo estandarizados nuestros pulmones comenzarían a fallar. Es más, se han creado máquinas que imitan esta acción del cuerpo, para ayudar a las personas que no son capaces de respirar por sus propios medios.

Hay personas que suspiran continuamente pero lo normal es dar, sin percatarnos, una media de doce suspiros cada hora.

Lo que aún no pueden explicar los científicos es la vinculación entre los suspiros y los estados de ánimo que mencionábamos al comienzo del articulo. Se ha podido verificar que cuando estamos estresados suspiramos frecuentemente.

A nivel psicológico podemos deducir que suspirar es una especie de «botón de reseteo» mental, que nos permite tomar un segundo aire para intentar de nuevo un ejercicio o actividad que nos resulta complicada y agotadora, o para sobreponernos a un estado emocional fatigoso.