Razones para incluir la sopa en tu dieta

De cara al invierno es un plato muy apetecible

Ana Más

Seguramente lo que más te pide el cuerpo los días de mucho frio es una buena sopa. Y es que además de sus propiedades nutricionales, que no son pocas, las sopas son un plato perfecto para juntar un montón de verduras e hidratarnos con un sólo plato.

Al contrario de lo que puede parecerte, una buena sopa es un plato muy completo y que además puede aportarte muchos beneficios, el primero de ellos es que puede ayudarte a adelgazar, un plato de sopa antes de comer puede ayudarnos a saciarnos y reducir la cantidad de calorías que ingerimos.

Además puede ayudarte a aliviar el dolor de garganta, tan frecuente en esta época del año. y son una buena solución para aquellas personas que tienen problemas a la hora de masticar o digerir los alimentos porque se encuentren recuperándose de una enfermedad.

Razones para incluir la sopa en tu dieta, algunas más

Photo by Henrique Félix on Unsplash

Otra de las razones para incorporarlas en nuestra dieta es que pueden ser buenas sustitutas de los antojos, en lugar de patatas fritas o galletas, un tazón de sopa te llenará y aplacará tu apetito un poco y sobre todo evitará que te vayas a opciones mucho menos saludables.

Por no hablar de su gran poder reconfortante, sobre todo en los días de mucho frío. La calidez de una sopa te reconfortará cuando más lo necesites.Un tazón de sopa tibio bebido a sorbitos, lentamente, te hará más consciente de lo que comes y te hará prestar atención a su sabor y textura, por lo que evitará que comas compulsivamente.

Si te parecen suficientes razones sólo te falta una receta de una sopa rica cómo la que te proponemos, se trata de una sopa de huevo ideal para el frio y que además harás de forma rápida y sencilla. En menos de dos minutos y con muy pocos ingredientes tendrás una sopa estupenda y además si estás a dieta te servirá cómo entrante, ya que el huevo apenas tiene calorías y sin embargo es muy saciante.

Necesitas:

  • un huevo
  • una cucharada de limón
  • una cucharada y media de aceite de oliva
  • 300ml de caldo de pescado o agua
  • un poco de sal

Pinta la base de un plato hondo con un poco de aceite, después casca el huevo y echa la clara en el plato, reserva la yema en un bol y añade un poco de sal. Añade a esta yema además una cucharada de aceite de oliva y otra de zumo de limón o vinagre, bate muy bien y reserva.

Lo siguiente que tienes que hacer es calentar el agua o el caldo de pescado  y retírala del fuego antes de que comience a hervir. Mientras tanto bate la clara (la habíamos reservado) y caliéntala en el micro a 800W, cincuenta segundos hasta que esté cuajada. Añade muy poco a poco el caldo a la yema y bate sin parar hasta que esté todo muy bien mezclado. Trocea la clara cuajada y añádela al caldo, rectifica la sal si hace falta y a disfrutar de una buena sopita!

 

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