Esta semana Sonsoles Ónega mostraba su descontento con Carlos Cuesta, uno de los colaboradores del programa. Ayer 25 de Noviembre el Congreso recordaba a las 1118 mujeres asesinadas desde 2003 a causa de la violencia de género y lo hacía a través de una declaración de Meritxell Batet, presidenta de la Cámara.
Y es que ayer se celebraba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el PSOE y Unidas Podemos promovieron una declaración institucional de la Cámara de condena de la violencia machista. Sin embargo no se logró unanimidad para que fuera leída en el Pleno y Vox fue acusado de haber vetado el texto.
Los colaboradores de la mesa política debatían sobre la necesidad de este tipo de reivindicaciones y la creación de leyes y medidas, además de debatir sobre la postura de Vox ante este tema. Ese precisamente era el motivo de que la presentadora se enfadara con aquellos que defienden la postura del partido de Abascal en el Día Internacional Contra la Violencia de Género.
Al hilo de lo sucedido Ónega estallaba contra uno de sus colaboradores, Carlos Cuesta, que defendía que hay que condenar todo tipo de violencias sin distinciones. El periodista pedía que todas las violencias fueran tratadas de la misma forma, con departamentos específicos y leyes específicas y lo explicaba así, “Máxima protección a todo el mundo, y en el caso de Vox incluso piden penas más altas para estos delitos que otros partidos”.
Unas declaraciones ante las que Ónega explotaba. “¿Hay algún problema para no firmar un pacto de Estado contra la violencia contra las mujeres? ¿Lo hay para no asistir a los actos de condena? ¿Dónde está el problema en participar en este tipo de actos de repulsa? Si estas 1117 mujeres asesinadas, desde 2003, fueran víctimas de terrorismo otro gallo cantaría, Carlos Cuesta“.
Y añadía, “Carlos Cuesta se persiguen todas las violencias. Solamente te digo que es una santa desgracia que en este país, a día de hoy, sea imposible que haya una declaración institucional en el Congreso de los Diputados ante una realidad inapelable, que es que a las mujeres las matan los hombres“.
Conforme avanzaba la discusión el enfado de la periodista iba en aumento y le aclaraba a Cuesta que no se trataba de un asunto ideológico, “Eso es inapelable, Carlos, y eso no es ideológico. A mí me da igual la izquierda y la derecha, a ver si te enteras. A estas mujeres las matan sus parejas o exparejas, maridos, novios,… el hombre al que le confió su vida. ¡Las matan!“. Y terminaba diciendo, “No, no me torees. Diciéndome ‘que sí, que sí’, ¡es que es una realidad aplastante! Dudar de eso es muy peligroso“.
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