El amor, si es verdadero, no entiende de estigmas ni de prejuicios. Podemos enamorarnos de cualquier persona si se dan las circunstancias oportunas. Pero a veces, esa persona no es la adecuada para nosotros. Y en cuanto nos demos cuenta, por muy duro que parezca, tenemos que priorizar nuestro propio bienestar.
A sus 50 años, Sonia enamoró de un joven de 25. Él llegó a España en una patera, y su amistad poco a poco desembocó en una relación. Sonia no estaba muy convencida por la diferencia de edad, pero finalmente accedió a ser su pareja. Poco después, él le explicó que su única manera de quedarse en España era casándose, y que ella debía acceder para demostrarle su amor. Sonia ha cortado esta relación ya que se siente utilizada. Tiene muy clara su decisión, pero reconoce que en el fondo sigue queriéndole.