En España solemos comerla en casa o en restaurantes y la cortamos en triángulos.
Según Enzo Coccia, un conocido cocinero napolitano, la pizza siempre se ha comido por la calle y con las manos y más aún la pizza napolitana que es más fina y lleva menos ingredientes. Por eso para comerla debemos doblarla nunca cortarla.
Una manera de doblar que se conoce con el nombre de portafoglio y consiste en doblarla en cuatro, es decir, a la mitad y, después, volverla a doblar otra vez a la mitad, quedando en forma de triángulo.
Doblándola así conseguiremos que el tomate se quede en el centro y no se derrame, nos empezaremos a comer la pizza por los bordes y evitaremos así quemarnos, esta manera de doblarla te permite comer todos los ingredientes por lo que el sabor es mucho mejor.
Aunque estas recomendaciones sólo nos servirán para la pizza tradicional napolitana, no para pizzas muy recargadas de ingredientes.
Es una pizza muy fina con 35 centímetros de diámetro, un borde de uno a dos centímetros de grosor y 0,4 centímetros en el centro, que no se deja en el horno a 500 grados más de un minuto.
Es la única pizza con denominación de origen. Fue reconocida bajo la denominación pizza napoletana verace artigianale (pizza napolitana auténtica artesanal ,cómo producto agroalimentario tradicional europeo por la Unión Europea en 2009, quedando a la altura del champán o el queso roquefort.
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Sus ingredientes básicos son la masa de harina levada, el tomate y la mozzarella. En la receta original la masa se deja levando al menos doce horas y el amasado se realiza a mano.
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