Y como no queremos que te pille desprevenido o desprevenida, vamos a contarte como puedes preparar, por ejemplo, tu coche para la climatología adversa con la que tendremos que lidiar esta semana.
Y es que a las heladas y la nieve aún presentes que han complicado e interrumpido la movilidad y han causado daños en vehículos y viviendas habrá que sumar uno más: la lluvia.
Pero con la subida de las temperaturas, los restos de las nevadas y el hielo fundidos, pueden generar inundaciones.
El comparador Acierto.com ofrece algunos consejos para enfrentarse a toda esta problemática
El primer punto tiene que ver con la retirada de la nieve, que no solo afecta a la visibilidad, sino también al comportamiento aerodinámico del coche –especialmente si se acumula en el techo–, y que dispara el riesgo de provocar un accidente –imaginemos que un trozo de nieve o hielo cae a la carretera mientras circulamos a cierta velocidad–. Esto también afecta al consumo del vehículo que, con el frío, puede aumentar entre un 10% y un 15%.
Para quitarla no es recomendable utilizar agua caliente: los cambios de temperatura podrían hacer estallar los cristales. Mejor utilizar una pala, una rasqueta o similares. Y para entrar en el automóvil sin dañar la cerradura, podemos calentar la llave con un mechero. Es importante no tener prisa y hacer acopio de paciencia.
Revisar el estado de determinados componentes también será fundamental: el frío acelera el deterioro de los elementos de goma como los neumáticos –que pierden presión–, y los manguitos –cuya rigidez aumenta–. Lo mismo ocurre con los líquidos: el depósito del limpiaparabrisas puede congelarse y las asistencias por problemas con el líquido refrigerante aumentan durante este periodo del año. El aceite, por su parte, puede perder viscosidad.
No podemos olvidar el sistema eléctrico: las opciones de que falle aumentan casi un 30%. También son frecuentes los fallos del motor y la calefacción (el motor podría dañarse por falta de lubricación si el aceite, el líquido de dirección y demás no alcanza determinada temperatura). La avería estrella, sin embargo, tiene que ver con la batería, protagonista de 1 de cada 5 asistencias en carretera del seguro. Un truco para evitar que sufra es colocar un trapo caliente encima durante unos minutos antes de arrancar.
Respecto a esta última acción, es conveniente hacerlo sin acelerar y soltando el embrague suavemente. También es recomendable accionar el contacto dos o tres veces si el coche es diésel y esperar a que se apague el testigo del sistema de precalentamiento; así como dejar margen para que el coche coja la temperatura necesaria. Podemos mantener el motor al ralentí unos minutos y recorrer los primeros metros con las mínimas revoluciones.
Y ¿cómo lo hacemos en caso de que nuestro coche haya sido dañado como consecuencia de la nieve? ¿Es posible recurrir al seguro? En este caso, y tal y como apunta Acierto.com, dependerá de la póliza que tengamos contratada y de la aseguradora. Por ejemplo, si tenemos un seguro a todo riesgo, la cosa se simplifica pues, en la mayoría de casos estaremos cubiertos (Mapfre, Generali son algunos ejemplos de aseguradoras que sí responden con este tipo de seguro).
Por ejemplo, un percance que puede haber ocurrido es que el coche haya sufrido la caída de una rama y que se le haya roto la luna. Si tenemos un seguro a todo riesgo, estaremos cubiertos por norma general. Otra posibilidad es que contemos con un seguro a terceros con una cobertura de lunas. En este caso la aseguradora se hará cargo, pero será el titular del árbol (siempre y cuando se demuestre que estaba en mal estado o una negligencia) quien deba sufragar el resto de daños de la chapa. Asimismo, hay que tener en cuenta que si se demuestra que la caída fue por un fuerte viento, esto se consideraría fuerza mayor y tampoco se haría cargo.
El Consorcio de compensación de seguros, en principio, no se hará cargo de estos daños, pues no considera a la nieve como un riesgo extraordinario. No ocurre lo mismo con las riadas e inundaciones que podrían darse esta semana como consecuencia del deshielo y las lluvias (siempre y cuando el afectado cuente ya con un seguro).
Asimismo, es conveniente saber que tampoco influye en la cobertura de los seguros que se declare zona catastrófica. Esto solo supondrá ayudas públicas, pero no afecta a la indemnización que corresponda a través de la aseguradora ni a la del Consorcio.
Consejos para circular estos días: para empezar, aumentaremos la precaución y la prudencia tanto con hielo como con lluvia. En ambos casos la adherencia se reduce y aumenta el riesgo de sufrir aquaplaning. Reducir la velocidad, evitar los movimientos bruscos al volante, aumentar la distancia de seguridad. frenar con suavidad y centrar la atención en la carretera son algunas recomendaciones.
También conviene circular con marchas largas para que las ruedas patinen menos, y evitar los adelantamientos: el comportamiento del coche puede ser imprevisible así que deberíamos valorar esta maniobra. Y encender las luces de posición y cruce.
Es importante no perder de vista la señalización horizontal, es decir, la pintura blanca que demarca los límites de la carretera, etcétera. Evitaremos pisarlas o acelerar cuando estemos sobre ellas. Son zonas delicadas.