En la guerra Sálvame-Antonio David Flores, cada día el golpe se lo lleva un bando. Esta semana, con el familiar topo del exguardia civil, la trama volvía a revolucionarse de mala manera. Sin embargo, el hábil Antonio David conseguía dar la vuelta a la tortilla y hacer que las miradas recayeran sobre el programa de las tardes de Telecinco.
A Sálvame le sale el tiro por la culata: de adalides por la igualdad a torpes racistas
Por ponerte un poco en contexto: Kiko Hernández viajaba a Málaga para entrevistar a un familiar del ex marido de Rocío Carrasco. Su testimonio apoyaría muchos de los rumores que pululan desde hace varias semanas y aportaría nueva luz al testimonio de la hija de la Jurado. Para desgracia del programa y de la audiencia, el testigo se echaba atrás y huía con una sábana del hotel con Kiko Hernández. La familiar de Flores aseguraba temer por su vida y sufría por las posibles represalias de la familia paterna del malagueño (de etnia gitana).
«Ellos parecen muy finos, pero son muy verduleros. Tú no sabes lo que se me viene encima. Son como gitanos. Bueno, son gitanos» afirmaba la testigo. Un juicio de valor absurdo y racista por el que les atribuía malas artes y peligrosidad. Una reflexión que recogía el programa sin paliativos y que no matizó en ningún momento.
Antonio David, en el ojo del huracán, aprovechaba rápidamente el momento y su canal de Youtube, para atizar al programa por su discriminación contra el colectivo gitano y los tildaba de racistas. El clamor en redes no se hizo esperar e incluso muchos apoyaban su disgusto con el vídeo de un Antonio David que ya estaría ganando dinero a costa de dichas reproducciones.
Carlota Corredera da la cara y pide perdón
El programa no estaba dispuesto a dejar que esta polémica empañara su trabajo de investigación y deslegitimara el testimonio de su testigo protegido. Así pues, Carlota Corredera hacía una pausa en el recorrido del programa para entonar el mea culpa.
«Ante el malestar que ha provocado en la comunidad gitana estas palabras, queremos, en primer lugar, rectificar y aclarar que en ningún momento hemos querido decir nada despectivo para la comunidad gitana. Queremos pedir perdón a las personas gitanas que se hayan sentido ofendidas por esas palabras y aclarar que han sido unas expresiones muy desafortunadas hechas sin ninguna intención de ofender.
Dejar claro que tenemos mucho respeto y consideración hacia esa comunidad, que sabemos que nos siguen desde hace muchos años y queremos que continúen, que continuéis, acompañándonos cada tarde. Desde aquí, nuestras sinceras disculpas y todo nuestro cariño, de verdad«.
Y finalmente, Kiko Hernández con el rabo entre las piernas, también pedía perdón a su querida audiencia gitana: «Todo nuestro respeto a la comunidad gitana. Si alguien se ha sentido ofendido, tiene nuestras disculpas. Pero vamos, que con mucho cariño y mucho afecto a la comunidad gitana».
