Uno de los principales riesgos de estas oleadas de frío es que nos dejan más expuestos a los virus, por lo que conviene abrigarnos. Esto último también es bueno para evitar dolores, ¡en los huesos!
Sobre el hecho de tiritar, es una respuesta de nuestro cerebro al notar una notable bajada de temperatura de la piel. Con estos movimientos agitados y continuos, se asegura que no baja más y nos mantiene en una temperatura corporal fuera de peligro.