Rocío Ramos-Paul viene a atajar un gran problema entre padres y madres: La complicada lucha por conseguir que tus peques respondan a la primera cuando les llamas.
Nuestra especialista resalta primero algunas de las razones por las que se produce: Puede que les hayamos acostumbrado al grito y solo así respondan, también que les pillemos lo suficientemente distraídos como para que no escuchen, e incluso que «les borramos el nombre de tanto usarlo».
Su ejemplo con «María, coloca los zapatos; María, no te has lavado la cara; María, María…» nos resultará a más de uno familiar. Por ello, y conociendo las causas, Rocío nos da pautas muy interesantes para corregir el problema.
Algo tan sencillo como advertirle siempre 10 minutos antes y cerciorándote de que te está prestando atención. Para ello, es fundamental el contacto visual y un último recordatorio antes de marcharte. Junto con ello, no ceder en las consecuencias que pueden derivar de no hacer caso: Ir al parque, tener tiempo de juego…
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