Con la finalización de la docuserie y debido al rotundo éxito de audiencias cosechado, Mediaset se planteaba realizar una segunda temporada, planificada para otoño y titulada «En el nombre de Rocío». En esta ocasión, la trama estará centrada en los asuntos familiares con los Mohedano, Rosa Benito, Gloria Camila y José Fernando o incluso Ortega Cano.
Unas semanas después supimos que Rocío fichaba por Sálvame, programa en el que precisamente había estado colaborando su exmarido y presunto maltratado Antonio David Flores. Carrasco, nombrada como la defensora del espectador, se convertiría en una estrella en las tardes de Sálvame.
Sin embargo, los datos de audiencia no le han acompañado, mostrando un considerable desplome en la franja de emisión de la sección de Carrasco. Ahora, que lleva días sin acudir a plató, los datos han remontado, algo que no le conviene a la colaboradora.
Y es que Rocío lleva ya un par de semanas sin intervenir en el plató de Sálvame. Ella misma decidía tomarse un respiro coincidiendo con la final de Supervivientes, que otorgaba la victoria a Olga Moreno. Pero su táctica de mantenerse en silencio en mitad del rotundo éxito de Moreno, podría estar perjudicándola de nuevo. Tras la emisión del especial «Ahora, Olga», todas las miradas están puestas en Rocío, que aún no ha contestado a la sevillana.
La cadena, condicionada por sus objetivos comerciales, parece tenerlo claro y estaría ofreciendo a Olga su participación en el espacio «Ya es mediodía Fresh», la sección dedicada a la prensa rosa del diario de Sonsoles Ónega. Además, la presencia del rostro de Moreno se haría coincidir en otoño con el estreno de la segunda temporada de la docuserie de Carrasco. Toda una estrategia televisiva bien armada.
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