Rocío Carrasco, así se siente ante el reencuentro con su hija, Rocío Flores

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Rocío Carrasco está tranquila ante el reencuentro con su hija, algo que está previsto para el próximo 23 de Mayo cuándo ambas se encontrarán por primera vez después de doce años de no tener ninguna relación.

Ese día tendrá lugar el juicio por la demanda que la hija de Rocío Jurado interpuso contra Antonio David por unas declaraciones que podrían haber vulnerado su derecho al honor y a la intimidad, cómo las palabras  del ex guardia civil afectaban a los hijos de ambos, Rocío Flores ha sido citada cómo testigo.

Tal y cómo recoge el diario 20minutos, han llegado a saber que Rocío Carrasco, «tiene intención de enfrentarse a ese momento con la máxima tranquilidad. Y sabe que, a pesar de que quedan todavía varios meses, el interés de los medios es evidente. »

Rocío Carrasco sobre volver a ver a su hija

En el mes de abril con motivo de la emisión de su documental Rocío contaba que estaba siguiendo un tratamiento para poder estar fuerte el día que vea a su hija: «Me estoy preparando con terapia, con fármacos», «Cuando digo que no estoy preparada es porque tengo detrás un equipo que me dice: ‘No hagas eso, vas a volver al principio’ Y entonces no lo hago… Cuando esté preparada haré lo que tenga que hacer, pero fuera de este ámbito».

Y dejaba claro sobre todo que nunca había dejado de quererla ni le había cerrado las puertas, «Nunca se deja de querer a un hijo», «Jamás en mi vida le he dicho en mi vida: ‘No me vuelvas a llamar’. No no soy tu madre».

Sin embargo, este verano la hija de la tonadillera expresaba su intranquilidad ante la posibilidad de cruzarse con Rocío  flores y con la actual mujer de Antonio David Flores, Olga Moreno por los pasillos de Telecinco, el lugar dónde colaboran y participaban en distintos programas en ese momento.

“Yo no quiero retroceder en mi proceso y creo que debo seguir para delante. Que las cosas aporten y que no resten”, aseguraba hablando del miedo a verse de frente con alguna de las dos, algo que podría echar por tierra todo el trabajo que ha hecho para recuperarse psicológicamente. Una situación en la que afirmaba que prefería no verse.