Rocío Carrasco provoca un terremoto de cambios en Telecinco

Guss González

La docuserie de Rocío Carrasco, «Rocío: contar la verdad para seguir viva» y la producción que ya está en marcha y que culminara con la emisión de una segunda temporada en el mes de septiembre, han desencadenado una profunda transformación en Mediaset.

Además de algunos cambios en los programas de mayor audiencia, la dirección del grupo mediático no dudó en ejecutar el fulminante despido de Antonio David Flores.

Ahora, la docuserie de la hija de «la más grande», ha desencadenado la entrada de nuevos rostros en la cadena, que anteriormente no eran muy conocidos por el gran público. Durante semanas, no hemos familiarizado con caras que durante la emisión del formato fueron habituales, como la colaboradora Ana Bernal-Triviño, doctora en Periodismo y profesora de la Universidad Abierta de Cataluña.

Algunos de esos profesionales han salido reforzados, como el caso de Carlota Corredera, que con su enorme implicación y profesionalidad, ha vivido con gran compromiso todo lo relacionado con la emisión de la docuserie. La periodista defendía a Rocío Carrasco recibiendo duras críticas, como la que contamos aquí que realizaba Carmen Lomana: «… se cree una iluminada», aseguraba la empresaria.

 

Rocío Carrasco provoca un terremoto en Sálvame

 

Por su parte, la propia Rocío, también ha visto cómo cambiaba su vida. Entre otros asuntos, destaca su incorporación al programa Sálvame, en un suerte de colaboradora y defensora del espectador. Ahora Carrasco comparte plató con algunos profesionales que en su momento no solo no la apoyaron sino que pusieron en entredicho su testimonio.

Este es el caso de Antonio Moreno, que argumentando que Rocío era «mala madre», recibió duras críticas por parte de espectadores y el equipo directivo del formato, peligrando incluso su puesto en el programa. Un episodio en el que la propia Corredera llegó a aseverar: «… si Antonio Montero se queda en el plató, yo me voy. No voy a permitir que después de todo lo que hemos contado y dicho, este señor se permita el lujo de llamar mala madre a Rocío Carrasco delante de mí. No lo voy a permitir».

También Kiko Matamoros, ha llegado a confesar que en algún momento se había planteado abandonar el programa. «Veía mucho autoritarismo, las opiniones no se dejaban expresar o desarrollar. Llega un momento en el que te planteas si compensa, hay cosas en las que no estás de acuerdo», comentaba.

La igual que Miguel Frigenti que llegó a confesar en un polideluxe que defendía a Carrasco con el objetivo de continuar trabajando en Sálvame todo lo posible. «Yo creo en el testimonio de Rocío Carrasco profundamente desde el principio. No he tenido nunca ninguna duda sobre su testimonio.

«La he defendido y la defiendo porque creo en ella. También tengo que reconocer que defender a Rocío Carrasco me ha venido bien para mi carrera. Me siento muy orgulloso del trabajo que he hecho. No es por desmerecer a ningún compañero, pero creo que está a la altura, y creo que he estado mejor que muchos compañeros con más años de trayectoria», comentaba el colaborador.

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