1998 fue el año de reflexión para la hija de Rocío Jurado, quien se encontraba nuevamente embarazada y vivió en primera persona una infidelidad de su marido: «Un día de fiesta me lo encontré comiéndose la boca con una tía detrás de la barra», relataba en uno de los episodios más complicados de la relación.
En aquella ocasión y en tantas otras donde Rocío veía una «complicidad y toqueteo» sospechosos de Antonio David con otras mujeres, siempre se repetía la misma excusa: «Estás loca, las hormonas y el embarazo te están afectando a la cabeza», le criticaba siempre con las quejas de Rocíito.
Ese episodio nocturno fue un aliciente para que tomara la decisión definitiva de la separación, provocando la «cólera» de su exmarido: «Pues te vas a cagar, no vas a saber de donde te van a venir», recordaba con profunda tristeza Rocío Carrasco, resaltando que esa amenaza la cumplió después.
Insistiendo en las infidelidades de Antonio David, la protagonista de la serie documental sigue arrepintiéndose de ser tan ingenua. Era tan evidente que, tal y como relata en el nuevo capítulo, lo sabía todo el mundo salvo ella: «Me gritaban cierva embarazada. Lo sabían mis primas y hasta la prensa».
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