La paternidad supone un antes y un después en una relación y las rupturas se vuelven mucho más delicadas si hay niños de por medio. El amor hacia un hijo es de los más generosos que existen. Cuando somos padres, nuestros hijos se convierten en lo más importante para nosotros y, por eso, sentirnos alejados de ellos es desgarrador.
Hace 8 años Roberto comenzó una relación breve pero muy intensa. A los seis meses de conocerse, hicieron planes de futuro y Roberto quiso ser padre. Ella accedió y se quedó embarazada, pero poco después dejó a Roberto sin ninguna explicación. Durante su embarazo le llamaba y le daba señales bastante confusas. Desde que el niño nació, Roberto no ha formado parte de su vida. Solo ha podido verle 5 minutos a escondidas ya que legalmente no figura como su padre. No sabe qué hacer para recuperar a su hijo.