Se acerca la Navidad y con ella las reuniones familiares, las cenas, comidas y por supuesto los regalos. Y es que muchas veces los más pequeños reciben más de los que pueden asimilar y al final terminan por no prestarle atención a ninguno. Es importante enseñar a los más pequeños el valor de los regalos y este es un buen momento.
¿Cuántos regalos deben pedir nuestros niños a los Reyes y sobre todo, cómo podemos enseñarles a valorarlos? Una manera de empezar es utilizando la regla de los cuatro regalos de Navidad, esto es que nuestros hijos reciban cuatro regalos aunque eso si, siguiendo estas cuatro normas:
Algo que sirva para llevar (por ejemplo ropa, zapatos o complementos).
Algo que ellos quieran
Algo para leer
algo que les haga falta
Y más allá de la Regla de los cuatro regalos puedes hablar con la familia para que no regalen en exceso, debes además dar ejemplo y no comprar compulsivamente, invítales a donar aquellos juguetes con los que ya han jugado muchos y a preparar regalos emocionales caseros contigo. Un simple dibujo o si son algo más mayores alguna manualidad más sofisticada será estupendo para explicarles que no todo debe ser material y que no hace falta mucho dinero para sorprender y alegrar a alguien.
Aunque a veces es complicado conseguir que los niños tengan solo cuatro regalos, ya que normalmente los tíos, abuelos y amigos suelen pedirles a los Reyesregalos para nuestros niños. Podemos intentar hacerles unas recomendaciones antes de que hagan sus peticiones, eso sí.
El hecho de que los niños reciban cada vez más regalos en Navidad, hace que no los valoren de la misma manera y terminen valorando más la cantidad que el regalo.
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En este sentido quizás te sirva la fórmula de esta mamá norteamericana, Kristina Watts, una mamá norteamericana, que compartió en sus redes sociales. Así lo explicaba ella misma, “Cuando tu hijo se pare en el centro comercial ante cada juguete que desea, escucha lo que te dice. No le digas no, porque esta negativa suele ir acompañada de enfrentamientos, llantos y discusiones. Una vez acabe de hablar, saca el celular y le dices: ‘Voy a hacerte una foto con este juguete y se la vamos a enviar a Papá Noel para que te conozca y sepa que lo quieres’. Se la puedes enviar a los abuelos, a los tíos o a los Reyes Magos. O simplemente guardarla en tu celular. Da igual. Lo importante es que tu hijo se quede tranquilo. Mágicamente, Emie sonríe. Pide ver la foto. Luego coloca el juguete en su lugar y se va. Es mágico. No hay lágrimas. No hay berrinches. Y ella se olvida de todo en minutos”.