Perder la voz es muy incapacitante, ya que es nuestra manera de comunicarnos más habitual. La afonía puede estar provocada por un dalo físico que evita que las cuerdas vocales vibren cómo deberían hacerlo y es que cuando hablamos, el aire se mueve a través de las cuerdas vocales y las vibraciones es lo que permite emitir sonidos. ¿Afónica?, recupera la voz con estos trucos
Hemos de distinguir entre afonía y disfonía, la primera es la pérdida total de la voz, mientras que la disfonía es cuando todavía somos capaces de emitir aunque sea un hilo de voz. Son cómo dos grados de un mismo problema.
Sus causas son múltiples y pueden afectar a cualquiera, no sólo aquellos que trabajan con ella. La afonía suele producirse por una inflamación de la laringe, normalmente por forzar demasiado la voz, aunque también puede estar provocada por un resfriado, una laringitis, alergia, por pólipos, tabaco o infecciones e incluso traumas psicológicos.
Hay algunos remedios naturales que pueden ayudarte a acabar con la afonía, por ejemplo la infusión de regaliz, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes. Conseguirás abrir las vías respiratorias y mejorarás, además es muy eficaz en el caso de anginas por sus propiedades antibacterianas.
Además debemos intentar estar relajados, los nervios debilitan nuestro sistema inmunológico y pueden afectar a las cuerdas vocales, haciendo que nos quedemos afónicos o forcemos la voz y las dañemos.
Debes procurar usar bien la voz, no forzarla gritando, tosiendo o carraspeando. Es importante no fumar, evitar las corrientes de aire y descansar la voz cuando nos notemos fatigados. La postura es importante, debemos mantenernos lo más rectos posible para evitar así los problemas de tensión muscular en la columna.
En cuanto a remedios caseros contra la afonía, otro muy conocido y eficaz remedio es la cucharada de miel, es un gran antiséptico por eso te ayudará a acabar con los microbios. Tómatela cómo si fuera un caramelo y déjala reposar un rato en la parte posterior de la boca.
Puedes ponerte un paño caliente, además de sentir alivio, mejorará la circulación de la garganta y ayudará a que baje la inflamación. Para ello humedece un trapo en agua caliente, escúrrelo y póntelo alrededor de la garganta. Con el calor los vasos sanguíneos se dilatan, los músculos se relajan y el dolor disminuye.
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