Puede ser una fotografía picante o un mensaje tan cariñoso como el que recibió Sara de parte del técnico que le iba a arreglar el servicio teléfonico. Pocos minutos después de hablar por teléfono, este le mandó por error un audio de lo más cariñoso: «Me encanta hablar contigo, la otra noche había sido maravillosa«.
Imaginaos la cara de ese chico al hacer el arreglo días después. Un rostro que también se le debió quedar a Carmen cuando, en dos ocasiones, puso a parir a un compañero… Y sí, se lo escribió a él.
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Y para historia bonita, la de la atrevida Su. Acostumbrada a llamar siempre a su abuela, un día confundió uno de los dígitos y acabó contactando con otra «abuelita adorable». Desde entonces, ya tiene costumbre de llamarla con frecuencia.