Madurar consiste en conocernos a nosotros mismos y saber cómo queremos enfocar nuestra vida y nuestro futuro. Los sueños que teníamos de pequeños casi nunca se corresponden con lo que realmente queremos cuando maduramos. Con los años desarrollamos nuestra personalidad y cambiamos de deseos y ambiciones.
A sus 20 años, Rafa tiene un gran dilema sobre su futuro. Creció en una familia católica y recibió educación religiosa. Desde pequeño tuvo claro que sería sacerdote al acabar sus estudios. El año pasado terminó bachillerato, pero no pudo ingresar en el seminario debido a las restricciones sanitarias. Pensaba hacerlo dentro de poco, en abril, aunque hace un par de meses que le asaltan las dudas. Conoció a una chica y, aunque no haya pasado nada entre ellos, se han visto varias veces e incluso hablan de un futuro juntos. Rafa estaba muy seguro de su vocación, pero ahora contempla dejar a un lado la sotana y formar una familia