Con la llegada del buen tiempo pasamos mucho más tiempo fuera de casa con nuestro perro, nos vamos de vacaciones con las mascotas y disfrutamos de lugares en plena naturaleza como el campo. Pese a todas las ventajas que tienen este tipo de excursiones para nuestros animales de compañía, además de lo gratificante que resulta para sus amos poder disfrutar de su compañía en lugares como playas para perros, tenemos que tener en cuenta que actividades como una ruta de senderismo pueden entrañar algunos peligros para nuestros perros, muchos de ellos relacionados con los insectos.
Tal y como ocurre con las personas, los perros pueden sufrir picaduras de bichos y mientras que algunas, como las de avispa, no tienen por qué suponer un gran peligro, ante otras como las de oruga hay que actuar con rapidez.
Picadura de avispa y abeja en perros
Al igual que ocurre en los humanos, la zona de la picadura se hinchará y le supondrá al animal bastante dolor, aunque no hay de qué preocuparse siempre y cuando no tenga ningún tipo de alergia. Sin embargo, si la picadura se produce alrededor de la boca o la nariz, el hinchazón podría afectarle a las vías respiratorias y será en ese caso en los que habrá que acudir de inmediato al veterinario.
Picadura de oruga en perros
Las orugas procesionarias son unos de los insectos más temidos para los dueños de perros por el peligro que implican para el animal y lo común que resulta encontrarlas en parques y jardines. En caso de que el contacto con alguno de los pelitos que recubren el cuerpo del insecto haya afectado a nuestra mascota, debemos actuar con rapidez además de no tocar la zona afectada, ya que podría pasarnos los efectos a nosotros también. Limpia la zona con agua fresca y acude al veterinario lo más rápido que puedas, ya que, el contacto con las orugas procesionarias en perros puede causar desde necrosis en la lengua hasta la muerte en caso de que la infección llegue hasta la laringe, por lo que necesitará un tratamiento a base de corticoides.
Picadura de garrapata en perros
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La inmensa mayoría de personas con perro previenen mediante collares o pipetas la posibilidad de que su perro se vea afectado por la picadura de una garrapata. Sin embargo, la época del año o el lugar en el que nos encontremos puede complicar la situación, haciendo más probable que una garrapata pique a nuestro perro. Si observamos que el can es portador de este tipo de parásitos, habrá que extraerlos con ayuda de un veterinario o con algún tipo de producto que nos ayude a desprenderlas. Si tiramos de ellas jamás deberemos retorcerlas, sino tirar de ellas en línea recta para evitar que quede parte del insecto pegado al perro. Lo más importante tras esto será observar que nuestra mascota no ha sido afectada por ninguna enfermedad que la garrapata haya podido transmitirle.