Y precisamente el pecho es uno de los grandes perjudicados en la menopausia.
La razón es sencilla: mientras que a los 30 años el tejido glandular predomina sobre el tejido graso en una proporción aproximada de 90/10, a los 50 años suele ser 50/50. Conforme la mujer avanza en edad esta proporción aumenta en detrimento del tejido glandular y a favor de la grasa hasta llegar a un 20-25 por ciento de tejido y un 80-75 por ciento de grasa.
Los pechos responden a los cambios hormonales de nuestro cuerpo.
La mastalgia, que es como se conoce al dolor en los pechos, es muy habitual durante la menstruación y puede agravarse durante la menopausia. Los cambios hormonales que se producen en esta etapa provocan acumulación de líquido en los senos, volviéndolos sensibles e hinchados.
Durante la premenopausia, las variaciones hormonales son aún mayores e influyen en el crecimiento o disminución del tamaño de los pechos. El dolor, en muchos casos, se vuelve punzante: sientes como los pechos arden.
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La conocida actriz mexicana Salma Hayek se abrió en canal en el programa de Jada Pinkett Smith -mujer del también actor Will Smith- y confesó que el tamaño de sus pechos no responde a ninguna operación estética.
La intérprete de 54 años confesó que a raíz de la menopausia sus senos comenzaron a crecer de forma natural y cada vez se hacen más grandes, con los consiguientes problemas que ello acarrea, sobre todo para su espalda.
Es más, Salma comenzó a experimentar cambios en su cuerpo cuando alcanzó los 40 años que fue cuando empezaron sus primeros síntomas de menopausia, lo que se denomina una menopausia precoz
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