La víctima que sufre este maltrato es anulada por su pareja hasta tal punto de creer que sus valoraciones no tienen ningún peso o importancia. Sus opiniones se invalidan, su autoestima se mina y llega a distorsionar la realidad por culpa de comentarios constantemente repetidos por su pareja que apuntan a problemas mentales de esta.
Desgraciadamente es un maltrato muy común en la sociedad y difícil es demostrar. La víctima en la mayoría de las ocasiones no es capaz de reconocer que está sufriendo maltrato, pues la realidad le ha sido distorsionada hasta el punto de percibirse como la culpable de sus males.
El término luz de gas tiene su origen en la película Gaslight, de George Cukor (basada en la obra de teatro de Patrick Hamilton), en la cual la protagonista es víctima de esta violencia psicológica por parte de su marido, quien le hace creer que los ruidos que escucha son fruto de su imaginación. Su percepción de la realidad cambia hasta el punto de llegar a creer que está loca.
Es difícil abrir los ojos en estas situaciones y la mayoría de las víctimas se dan cuenta cuando recurren a ayuda psicológica. Hay varias señales que pueden ayudarnos a identificar este tipo de maltrato tanto si lo sufrimos en primera persona como si lo vemos en la experiencia de alguien cercano.
– El maltratador utiliza frases del estilo «estás loca» o «estás perdiendo la cabeza» haciendo creer a la víctima que aquello que dice es fruto de su imaginación
– Tergiversa las situaciones para ponerlas siempre a su favor. Su convicción será tal que la víctima llega a dudar de cualquier otra versión.
– La víctima distorsiona la realidad llegando a confundir su percepción de lo que real y lo que no.
– Quien sufre este tipo de maltrato nunca tiene la razón y cualquier comentario, por mínimo que sea, será señalado y refutado por su pareja.
– Tanto es así que a la víctima le invaden la culpa y el resentimiento. El maltratador consigue que esta se sienta culpable de todo lo que le pasa.
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