Se trata de un color ideal para pelirrojas naturales, rubias o morenas suaves y suele favorecer más a mujeres con piel clara y ojos claros ya que suele suavizar sus rasgos, pero si eres morena y te apetece cambiar puedes adaptarlo a tu piel dándole un toque más marrón.
Tal y cómo recoge la revista Clara si eres más morena, lo puedes reversionar para hacerlo adecuado a tu piel, dándole reflejos más amarronados, por ejemplo. En concreto si la base de tu cabello es clara, mejor que mejor, podrás llevarlo con unos pocos matices simulando que es tu color natural y para bases más oscuras es mejor aclarar medios y puntas o crear una gradación que vaya desde una raíz más oscura matizada hasta las puntas más claras, alternando diferentes intensidades entre mechones. Para mantener el color debes usar productos de lavado para pelo teñido y refrescar el color con un champú rojo, además de hidratarlo mucho.
Si estás convencida de pasarte a este color, las opciones son muchas, te contamos algunas, puedes llevarlo con raíz, con mechas, con reflejos y debes tener en cuenta que se adapta a todo tipo de melenas, onduladas, lisas y rizadas, en estas últimas aporta luz y potencia el rizo. La manera más sencilla y discreta es llevarlo con mechas rubias y marcadas. Otra opción es llevarlo degradado de más anaranjado a rubio y concentrando el color más claro en la zona de las puntas.
Las mechas Face-Framing, aquellas que iluminan la melena en puntos estratégicos y de una forma muy difuminada para dar muchísima luz además de un aspecto de pelo sano, también son ideales para llevar tu Pumpkin Cream.
Aunque también puedes llevarlo sin mechas ni degradado, es decir toda la melena del mismo color y si buscas un cambio más radical combina los tonos naranjas y rubios con rojo.
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