Sin duda los efectos del yoga para la salud son muchos y de lo más beneficiosos. Además de ayudarte a aliviar dolores de espalda u otras articulaciones hay algunas posturas que pueden ayudarte a aliviar la ansiedad, algo que avala incluso la ciencia, cómo demuestra el estudio realizado por la Facultad de Medicina de Grossman de la Universidad de Nueva York, del que se deduce que gracias a los ejercicios de respiración, meditación y relajación en los que se basa el yoga, la ansiedad puede disminuir.
Además la Facultad de Medicina de Harvard asegura que el yoga, la meditación y la respiración consciente son métodos de relajación demostrados. El yoga en concreto es un “alivio natural de la ansiedad” y practicarlo regularmente “reduce el impacto de las respuestas excesivas al estrés”, afirman desde la Universidad.
Y es que cuándo tenemos ansiedad generalmente nuestro cuerpo se pone en tensión, pero con las posturas de yoga al respirar conscientemente, calman la mente y es más fácil que acabemos con la ansiedad. Hay algunas posturas que facilitan especialmente la relajación y calman la ansiedad.
La más sencilla pero no por ello menos importante es la savasana, con ella tu cuerpo descansa y calmas tu mente al tumbarte y respirar conscientemente, ya que así estás relajando todos tus músculos. Para hacerla, túmbate bocarriba con las piernas separadas a la anchura de la cadera y deja caer los pies relajados hacia los lados. Coloca los brazos a unos 45 grados del cuerpo con las palmas hacia arriba.
Otra de las posturas que puede ayudarte con la ansiedad es la postura de los pies en alto, es ideal para hacerla al final del día y relajarte, ayudará si te colocas una manta doblada o un cojín en las lumbares. Para hacerla túmbate de espaldas con el trasero pegado a la pared, con las piernas extendidas hacia arriba y con los pies en un ángulo de 90 grados hacia ti y los brazos separados del cuerpo.
Te servirá también hacer la postura del niño. Para ello arrodíllate (las rodillas tienen que estar separadas a la anchura de la pelvis), siéntate sobre los talones con la espalda recta (coloca algo acolchado bajo las rodillas), inclínate hacia delante y lleva la cabeza hacia el suelo. Concéntrate en la respiración.
Por último, no hay postura más sencilla que sentarte con las piernas cruzadas a respirar (Sukhasana o postura fácil). Eso si, intenta controlar la respiración inspirando durante cuatro segundos, aguantando la respiración otros cuatro segundos y finalmente espira durante ocho segundos, (inspira por la nariz y espira por la boca, concentrándote en alargar cada vez más la espiración).
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