Simplemente necesitas agua, harina, sal, aceite y colorantes alimenticios. No sólo te servirá cómo plastilina, si tienes niños más mayores puedes hornear la pasta y crear colgantes, tazas o servilleteros.
Incluso podéis probar diferentes texturas, si usas sal gruesa quedará la plastilina granulada y más lisa si utilizas una sal muy fina.
Para elaborarla necesitas tener,
Pon todo junto en un molde y mezcla bien. Mejor mezcla la sal y la harina y añade luego el aceite, el agua y el colorante. Si ves que te ha quedado muy dura añade aceite.
Otra opción es dividirla y añadirle colorante, el suficiente para que deje de manchar. Si usas cucharas, cortapastas o trozos de madera que sirvan como rodillo, podréis hacer formas diferentes con las que los pequeños estarán encantados.
Otra opción es hacerla con maizena y suavizante del pelo, así de sencillo. Aunque debes tener en cuenta que no es comestible por lo que no es aconsejable si tienes niños muy pequeños.
Es una plastilina suave, blanda y fácil de manejar pero cuando se seca se vuelve muy frágil por lo que no es aconsejable para hacer objetos. Se conserva bien envuelta en film transparente o en un recipiente hermético y puedes colorearla con colorante alimentario o témperas.
Para hacerla necesitas dos tazas de maizena y una de acondicionador del cabello y es tan fácil cómo mezclar ambos ingredientes y si ves que te queda muy líquida añadir un poco más de harina de maíz.
MÁS SOBRE: