Una ruptura es una decisión muy delicada con muchos sentimientos en juego, por lo que es mejor asegurarse antes de involucrar a más personas. También conviene preparar la manera de hacerlo y anticiparnos a las reacciones de nuestra pareja para reaccionar de la mejor manera posible.
Si no ves una solución más allá de la ruptura, lo mejor es que no te andes con rodeos y cortes por lo sano. Díselo cuanto antes, sé claro desde el principio y no le des falsas esperanzas. Una buena comunicación es fundamental en cualquier relación desde que empieza hasta que termina. Todo lo demás solo será tiempo perdido y no os beneficiará en absoluto.
Tu pareja se merece una explicación y por eso tienes que ser honesto en todo momento. Esto no quiere decir que seas crítico y duro a la hora de expresarte; se puede ser sincero y a la vez amable y respetuoso. Tampoco tienes por qué dar más detalles de los estrictamente necesarios para causarle el menor dolor posible.
Poner punto y final a una relación será difícil para los dos, pero tu pareja será quien más sufrirá si ha sido en contra de su voluntad. Por eso deberás allanarle el camino en la medida de lo posible. No retoméis el contacto mientras queden sentimientos. Tienes que ser firme y consecuente con tu decisión, ya que ha sido premeditada. Una amistad con tu expareja puede ser viable a largo plazo, pero de momento es mejor esperar.
En resumen: Para llevar a cabo una buena ruptura tenemos que partir de una decisión premeditada y ser sinceros, empáticos y respetuosos con la otra persona. Así será más fácil pasar página para los dos.