Te contamos cómo hacer esa rutina de cinco minutos antes de irte a dormir, ese ratito para ti tan necesario.
Limpiarte la cara con un bálsamo limpiador calmante, con manteca de karité, cacao y aceites esenciales dejará tu piel limpia e hidratada. Hay muchas opciones en el mercado.
Funde una pequeña cantidad en tus manos hasta que se convierta en aceite y aplícala con movimientos circulares sobre tu rostro.
Disfruta de su aroma y retírala con una toallita húmeda.
Si, cómo lo oyes, la seda de morera, naturalmente transpirable e hipoalergénica, incluso la recomiendan los dermatólogos para evitar la formación de marcas y arrugas en la piel al dormir. Hazte con una almohada y un antifaz de este tipo de tejido y tu rostro te lo agradecerá.
Si te cuesta beber agua de forma natural, beber infusiones es una buena manera de hacerlo. Si mezclas manzanilla y melisa te ayudará a conciliar mejor el sueño.
Cuándo te vayas a la cama deja cualquier dispositivo móvil lo más lejos posible y si puedes sustitúyelo por un buen libro, tu salud te lo agradecerá.
Termina tu rutina nocturna diaria echándote unas gotas de tu perfume favorito, te aportará una sensación de bienestar y limpieza inmediatos.