Es muy duro asumir nuestros propios errores y reconocer que hemos hecho daño a la persona que queremos, pero todavía es más difícil ver cómo se aleja de nosotros sin saber qué hemos hecho mal. La comunicación es imprescindible en cualquier relación, especialmente a la hora de terminarla. Sin una explicación, será muy difícil para la otra persona cerrar la herida por completo.
Pedro conoció a una mujer hace 13 años y empezaron una relación. Ella estaba divorciada y tenía 4 hijos. Durante los 5 primeros años fueron muy felices, pero poco después comenzaron los problemas entre Pedro y los hijos mayores de su pareja. Hace 3 años dejaron de vivir juntos, aunque se veían a diario y no rompieron la relación. Ella fue infiel y Pedro consiguió perdonarle. Hace un año Pedro envió un mensaje a una de las hijas de su pareja. Ella le bloqueó y cuando Pedro le preguntó a su madre, recibió insultos como respuesta. Sigue sin saber nada más de ellas. No guarda rencor a su expareja, pero necesita una explicación. A través de amigos en común supo que, por aquel entonces, ella ya tenía a otra persona su vida.