Estamos de acuerdo en que 2020 ha sido un año inesperado para todos. Paula Echevarría como cualquiera de nosotros habrá tenido sus momentos buenos, menos buenos, regulares y malos… y los ha gestionado lo mejor que ha sabido o ha podido. Ahora, recién entrado 2021 y esperando el mejor regalo del mundo, un bebé, hace balance y comparte estas palabras en sus redes sociales:
«Sabéis una de las cosas que me ha enseñado el 2020?.. (y estos primeros 13 días de 2021…)
A improvisar! Yo era una persona suuuper cuadriculada, de las de agenda.. todo estaba apuntado! Y ahora? Me da la risa! Creo que hace un año que no hago un plan que se pueda cumplir a rajatabla! Covid, confinamiento, restricciones, Filomena, ola de frío..
Una de mis frases favoritas siempre ha sido «Lo único constante es el cambio» .. pero en el fondo no sabia aceptar cuando eso pasaba.. Ahora si.. Nosotros cambiamos, la vida cambia, las circunstancias cambian y hay que saber aceptar y adaptar..
Y sabéis qué? Vivo más tranquila ahora que antes!
Buen día para todos! ❤»
Lo que le ocurría a Paula Echevarría es algo más común de lo que creemos. Son muchas las personas que viven obsesionadas por querer controlarlo todo. El control en sí no es negativo, pues nos ayuda a alcanzar niveles adecuados de calidad o a limitar conductas que pueden resultar nocivas. Pero cuando se convierte en una manía, algo que te limita puede ser un gran problema.
Por eso, como bien afirma Paula, para comenzar a vivir en paz debes de empezar por tomar conciencia sobre qué puedes y qué no puedes controlar en tu vida.
Y es que todo lo que está vivo cambia de forma constante. Es decir, lo que ahora es de una manera, mañana puede ser de otra. El único estado en el que hay certezas absolutas es la muerte. La vida, nuestro día a día, se desenvuelve entre incertidumbres y flujos inesperados.
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