Existe el desapego emocional pero también el material y ponerlo en práctica supone una liberación, una forma de cerrar temas pendientes que de algún modo estaban molestando de manera más o menos consciente.
Muchos de los objetos que acumulamos son para recordar, o pensados en usar a futuro: ¿cuántas veces has dicho aquello de «por si acaso» o «por si se vuelve a llevar»? Ropa, zapatos, pequeños electrodomésticos, complementos, cosméticos… ¡hasta con exceso de caducidad!
En el caso de las sábanas será suficiente con tener dos juegos por cama, no hacen falta más, lo mismo ocurre con las toallas, dos juegos por persona que viva en la casa serán suficientes, el resto sólo te quitarán espacio.
El hervidor es muy útil si tomas infusiones cada cinco minutos, si no es tu caso, con un cazo tendrás de sobra.
La licuadora está muy de moda para preparar zumos nutritivos y muy saludables, ¿crees que lo harás a diario? Si la respuesta es no no la necesitas.
Y en cuanto a la sandwichera…quizás la saques las primeras veces pero en cuanto compruebes que en la sartén salen igual de ricos, la dejarás ocupando espacio en tus armarios de la cocina.
A no ser que seas un apasionado del vino, el botellero estará vacía casi todo el tiempo y sólo acumulará polvo.
En cuanto al marco, ¿lo vas a tener todo el rato en bucle mostrando fotos?. Mucho más fácil escoger algunas fotos que te gusten y ponerlas en marcos bonitos, eso si compra el marco cuándo tengas la foto.
Los kit de cocktelería son bonitos y elegantes, pero debes pensar si te merece la pena comprar uno para hacerte un cocktel al año.
Piensa cuántas veces va gente a dormir a tu casa al cabo del año, si son muy pocas te compensa poner un bonito sofá cama y ahorrar dinero y espacio con la cama de invitados.
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