Un reciente estudio de la Universidad de Northwestern ha echado atrás cualquier mito sobre los cepillos de dientes y las posibles bacterias que acumula procedentes del váter.
Tras investigar a fondo los microorganismos que allí residían, descubrieron que la gran mayoría procedían de la boca y de los dientes. Además, aquellos que se lavan con hilo dental o enjuague tienen especies de bacterias menos diversas, lo que no indica que haya menor número.
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