Es posible que seas incapaz de separarte de tu teléfono móvil durante más de tres minutos. De ahí que sea tan complicado que pienses que ir a la playa sin tu teléfono sea algo así como una locura. Sin embargo, haz algo de memoria y recuerda qué hacías en la playa cuando no existían los móviles.
Si bien es cierto que hay un buen número de aplicaciones y de cargadores relacionados con el mundo de la playa, no hay que olvidar una serie de aspectos que te conviene tener en cuenta antes de lanzarte a la arena con tu fiel compañero de viaje.
Protege tu móvil correctamente o ve preparando su funeral
Por muy resistente que sea el modelo que uses y por más noches de juerga a las que haya sobrevivido, tu teléfono no está fabricado para que te acompañe a la playa. Si aun así insistes, ten en cuenta que:
1ºLa arena es muy perjudicial. En primer lugar, porque se cuela por cualquier orificio (del móvil, se entiende) con total facilidad, lo que provoca que los circuitos interiores comiencen a fallar. En segundo, porque puede arañar la pantalla antes de que te des cuenta. Además, la temperatura de la arena suele ser bastante alta, por lo que tu teléfono puede recalentarse incluso más que tú cuando ves pasar a alguien en bañador o bikini.
2ºLa humedad y el agua son contraproducentes. Sí, ya sabemos que el truco de meter el móvil en arroz solo sirve para perder el tiempo y para desperdiciar arroz, pero mojar tu móvil no es lo más adecuado. «¡No me voy a bañar con él!», pensarás; pero quizá vengas del mar, recibas un mensaje y lo cojas. Con esta simple operación es más que probable que hayas afectado a su funcionamiento de forma decisiva.
3ºEl sol, el mayor enemigo. Entendemos que no le vas a poner protector solar, pero debes mantenerlo siempre en un lugar oscuro, alejado de la arena y, por qué no, de los amigos de lo ajeno. Tenerlo a tu lado en la toalla provocará que la pantalla haga de lupa y que caliente demasiado la zona interna. Podría darse el caso de que el propio móvil te aconsejara que le llevaras al chiringuito para ofrecerle un refresco o una cervecita.
¿De verdad necesitas el móvil en la playa?
A no ser que seas el presidente del Gobierno, no pensamos que sea indispensable estar localizado todo el tiempo. Por dejar el teléfono en casa a buen recaudo no te va a pasar nada malo. «¿Y si me llega un mensaje importante?», estarás pensando. Pues si esperas alguna noticia de vital trascendencia, ¿qué demonios haces en la playa?
Piensa que ir a la playa es una actividad saludable, siempre que se te protejas del sol y que te hidrates correctamente, en la que vas a disfrutar de un aire más puro, del mar y de la arena. Pasear, nadar un rato, tomar algo y broncearte son actividades que también te ayudarán a despejar tu mente de tu rutina diaria y del uso constante del móvil.
Recuerda que las redes sociales y las aplicaciones de mensajerías van a estar ahí cuando regreses de la playa. Así que, si quieres proteger tu teléfono y disfrutar de un gran día de asueto, olvídate de tu teléfono, déjalo en tu casa y permite que descanse también un poco, que se lo ha ganado el chaval con su esfuerzo continuo por mantenerte conectado al resto del mundo.
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