¿Eres de los que cree en el destino? Entonces esta historia te apasionará.
Cuando uno ve a Pablo López en directo (a veces con un vídeo basta), fusionándose con el piano como si las teclas de este fueran extensiones de sus dedos, se le pasa por la cabeza: este chico nació para ello. Estaba escrito en algún lado que un día triunfaría en la música.
Por eso nos apasiona la historia que el artista malagueño ha compartido con Bertín Osborne en el programa que este conduce en Canal Andalucía, El show de Bertín. A veces hace falta algo más que talento y si algo ayudó a impulsar la carrera del artista, eso fue su paso por Operación Triunfo. Lo que muchos no sabían hasta entonces es que el artista estuvo a punto de abandonar el casting incluso antes de haberse presentado.
¿Qué fue lo que hizo que finalmente se quedara a probar suerte? Si eres de los que hemos mencionado más arriba, seguro que tu respuesta coincide con esta: el destino.
El destino en este caso tiene nombre, apellidos y una cara muy conocida: Àngel Llácer. Por aquel entonces este era el director de la Academia y estaba a punto de convertirse el ‘ángel’ de la guarda de Pablo López. Cuando el malagueño llegó a la cola para hacer las pruebas y vio que «había cerca de 1600 personas» por delante de él, se vino abajo. «Me terminé cansando y decidí que lo mejor era irme«, reconocía en el programa.
Entonces Àngel Llácer reconoció al joven del piano con el que se topó un año antes en un hotel y al que le pidió una canción más antes de marcharse. Parte de esta historia sí la conocíamos. Pablo López trabajaba tocando el piano en un hotel de Málaga. Quizá te suena por la polémica que protagonizó Risto Mejide (miembro del jurado de su edición) al asegurar al artista en una de las galas que ese iba a ser su destino, el de pianista de hotel.
Muy fácil: jamás me he alegrado tanto de haberme equivocado. Siempre me rendiré al talento. Y @PabloLopezMusic lo ha demostrado. Con creces. Inmenso. https://t.co/J7oPqrzlwp
— Risto Mejide 🕶 (@ristomejide) December 13, 2017
Lo que no sabíamos es que en una de las ocasiones en las que Pablo López estaba terminando su turno tocando el piano como de costumbre, entró Àngel Llácer y le pidió que tocara una más. «Yo me quería ir ya, pero mi madre me hizo sentir culpable y terminé tocando otra«, expresaba.
Aterrizamos de nuevo un año más tarde, cuando el director teatral reconoció entre la multitud al joven del piano y vio cómo se alejaba de la oportunidad que podría cambiar su vida. Llácer mandó a una persona de producción en su busca y Pablo López fue seleccionado directamente sin tener que enfrentarse al casting. «El resto de pruebas sí que las hice, la única que me salté fue la primera de todas«, aclaraba el intérprete de El patio.
¿Destino o casualidad? ¿Qué habría pasado si Àngel Llácer no hubiese estado en ese casting? ¿Y si Pablo López no se hubiera quedado a tocar otra canción el día que este se lo pidió? Desde luego… nada sería como lo conocemos.
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