El moho puede aparecer en cualquier parte: alimentos caducados, cocinas, cosméticos pasados de fecha, lavadoras…, pero el cuarto de baño es, de lejos, su hábitat favorito.
Tan solo tienes que verter una generosa cantidad de amoniaco sobre el agua y aplicar la mezcla con ayuda de una esponja. Tras dejarla actuar durante 15 minutos aproximadamente, limpia con tu detergente habitual y seca a conciencia para eliminar cualquier rastro de humedad.
Vierte en una botella 1/4 de agua tibia, 3/4 de vinagre blanco y 2 cucharadas soperas de bicarbonato. Cierra el recipiente y agítalo con vigor. A continuación, aplica la mezcla y, tras dejarla actuar durante 30 minutos; después frótala con un cepillo. Por último, enjuaga y seca muy bien la zona afectada.
Si quieres eliminar el moho de los azulejos, aplica una solución de agua y lejía con un paño y déjala actuar durante 15 minutos. Si el moho está en las tuberías, vierte un abundante chorro de lejía en el desagüe y, tras dejarla reposar 60 minutos, echa un cubo de agua caliente con vinagre blanco.
Puedes reemplazar la lejía por alcohol etílico al 80 %, bicarbonato sódico, agua oxigenada o alcohol de quemar. Cualquiera de estos productos mezclados con agua caliente también resultan muy efectivos para acabar con el moho en los baños.
La aparición de moho en el baño es, pues, tan frecuente como peligrosa para la salud. No obstante, puedes prevenir y eliminar fácilmente este problema con productos de uso común.
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