El proyecto ponía a disposición del usuario un sistema que reproducía la voz y personalidad de personas fallecidas a través de un chatbot que obtendría datos de las redes sociales, mails, mensajes de texto y de voz del fallecido. Es decir, rastrearía la huella digital que hubiera dejado.
Y es que la inteligencia artificial crece constantemente y sorprende cada vez más los usos que podemos darle.
El último viral que nos ha regalado es el deepfake en el que se ha resucitado para un spot publicitario a Lola Flores.
La patente de Microsoft contemplaba que cada persona tuviera su propia versión digital. Es más, si el sistema no contaba con todos los datos, el bot podría recurrir a fuentes alternativas para completar la información.
El plan era muy ambicioso: lograr que pudiéramos hablar con personas vivas o del pasado, desde amigos a familiares hasta personajes famosos de la historia o de la ficción.
El nivel era tan alto que incluso se lograría llegar a imitar la voz de la persona fallecida.
Lo que pretendía Microsoft es ofrecer la posibilidad a cualquier usuario de que pudiese hablar con alguien fallecido a través de un chatbot.
Finalmente, teniendo la tecnología muy desarrollada y la patente registrada la Compañía ha comunicado a través de su gerente, Tim O’Brien, que no continúa con ello por cuestiones éticas. Considera el proyecto demasiado “perturbador”.
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