¿Pero sabes cómo saber si están en su punto sin tener que abrirlos? Con estos trucos no necesitarás el paladar pero sí otros sentidos como el tacto, la vista y el olor.
De mayo a octubre esos son los meses de temporada del melón y la sandía, si los compras en esa época estarás comprando fruta fresca, de huerta y un producto de proximidad.
El resto del año estarás comprando un melón de invernadero y probablemente vendrán África o de América Latina, por lo que sus condiciones de cultivo y transporte harán que su calidad no sea la mejor.
Procura escoger los que estén más arriba ya que serán los que menos golpes habrán sufrido.
Si al tocarlos hay algunas zonas muy blandas, no los compres y tampoco los que tengan grietas, ya que es muy posible que tengan bacterias que pueden hacer que se pudran.
Di presionas el melón por las puntas y detectas que está blando, estará listo para comer. Demasiado blando significará demasiado maduro.
Afina tu oído, si al golpearla suena hueco, la sandía está madura,Cuando en cambio muestra un soniquete sólido y denso, es que todavía está verde.
Si es verde chillón o amarillo sol es que están inmaduros. Si en cambio presenta tonos verde oliva y amarillos pardos significa que está en su punto.
una sandía está madura si la mancha de la cáscara que ha estado en contacto con el suelo es de color amarillo. Una mancha blanca o verdosa indica que fue recogida antes de tiempo y estará sosa.
Huele la zona que en la tierra estaba conectada a la planta, no debe oler mal.
Si los compras partidos, es importante que estén bien recubiertos con un film de plástico, apropiadamente tensado y bien colocado, la ventaja de comprarlos así es que vemos el color por dentro y la desventaja es que no podemos comprobar el proceso de troceado ni saber si están contaminado.
Si tienen restos de líquido en su superficie no lo compres, ya que propician el crecimiento de bacterias y hongos y disminuyen su tiempo de conservación.